Vitamina D3: ¿por qué importa tanto?

La vitamina D3 no es solo una vitamina, también funciona como hormona y participa en huesos, músculos, defensas y hasta en el ánimo.

Aquí te explico varios puntos importantes a tener en cuenta para que puedas tomar acción hoy mismo.

¿Qué tiene que ver con el colesterol?

En la piel tenemos una sustancia derivada del colesterol. Cuando recibimos la luz del sol (rayos UVB), esta se transforma en vitamina D3.

Traducción: sin colesterol no hay vitamina D3. Por eso el colesterol no es “el malo de la película”, solo hay que mantenerlo en equilibrio.

Algunas de sus funciones principales son:

• Huesos y dientes: ayuda a absorber calcio y fósforo.

• Músculos: mejora fuerza y coordinación.

• Defensas: refuerza la respuesta inmune y regula inflamación.

• Ánimo: niveles bajos se relacionan con cansancio y tristeza.

¿Cómo la podemos medir?

Con un análisis de sangre sencillo. En 24 horas ya puedes saber si tienes niveles óptimos o deficiencia.

Te doy algunos tips para que sepas cómo optimizar tus niveles:

• Sol consciente: 10–20 minutos en brazos y piernas (evitar quemaduras). Lo mejor es dentro de las 3 horas después del amanecer o antes del atardecer.

• Alimentos: pescados grasos (salmón, sardina), yema de huevo, hígado.

• Cofactores:

  • Magnesio → activa las enzimas que procesan la D3.

  • Vitamina K2 → dirige el calcio hacia los huesos y no a las arterias.

• Suplementación: solo con indicación y control de un profesional de salud.

La vitamina D3 es clave para sentirte fuerte, con energía y con defensas más firmes. No se trata solo de tomar el sol o un suplemento, sino de entender que tu cuerpo necesita equilibrio: buena alimentación, movimiento, descanso y chequeos médicos. Recuerda, tu salud está en tus manos y cada pequeño hábito cuenta.

Un abrazo

Marisela